Los estudios han demostrado que el ayuno puede reducir eficazmente el riesgo de diabetes de tipo 2, mejorar la sensibilidad a la insulina y disminuir la presión arterial.
Antes del descubrimiento de la insulina, el ayuno ayudaba a controlar la diabetes de tipo 1. Hoy en día sirve para diagnosticar la diabetes y evaluar los factores de riesgo. En la actualidad, permite diagnosticar la diabetes y evaluar los factores de riesgo. Además, cada vez se reconoce más el potencial del ayuno para reducir y posiblemente revertir la diabetes de tipo 2.
Adoptar el ayuno como parte de los cambios en el estilo de vida puede mejorar la salud. Los distintos métodos de ayuno, como el ayuno intermitente, ofrecen diversos beneficios. Algunas investigaciones demuestran que ayunar 16 horas al día y comer en un intervalo de 8 horas puede ayudar a reducir los niveles de glucosa en sangre y a perder peso a corto plazo. Además, hay pruebas de que es posible la remisión de la diabetes tipo 2 siguiendo una dieta de ayuno intermitente.
Cómo funciona el ayuno
El ayuno funciona movilizando glucosa y grasa para obtener energía. En la primera fase del ayuno, el organismo moviliza toda la glucosa para obtener energía. Cuando ya no queda glucosa para obtener energía, las células alfa del páncreas producen glucagón y lo liberan en respuesta a un descenso de la glucosa. El glucagón, una hormona producida por el páncreas para regular los niveles de glucosa en sangre, ayuda a descomponer la grasa, sobre todo en el páncreas, el hígado y las zonas viscerales, creando cetonas para obtener energía. La hormona glucagón aumenta aún más los beneficios del ayuno al impedir que los niveles de glucosa bajen demasiado.
Posibles complicaciones del ayuno
Aunque tiene muchos beneficios, el ayuno no es recomendable para todo el mundo. Debido a la naturaleza metabólica de la enfermedad, los diabéticos corren un riesgo especial de sufrir complicaciones por los cambios bruscos en la ingesta de alimentos y líquidos.
Ayunar con diabetes puede dar lugar a complicaciones que incluyen:
- Nivel bajo de glucosa en sangre (hipoglucemia)
- Glucemia elevada (hiperglucemia)
- Deshidratación
- Cetoacidosis diabética (CAD), en personas con diabetes tipo 1
Antes de iniciar un ayuno, es importante consultar a un profesional sanitario para conocer los riesgos y complicaciones asociados y elaborar un plan de gestión del ayuno. Los ajustes de la medicación y el control de los niveles de glucosa también deben formar parte del plan.
Diabetes y Ramadán
El ayuno durante el mes sagrado del Ramadán es uno de los cinco pilares del Islam y conmemora el momento en que el Sagrado Corán fue revelado al profeta Mahoma. El ayuno, de 29-30 días de duración, es obligatorio para todos los musulmanes sanos que hayan alcanzado la pubertad. Los fieles deben abstenerse de comer y beber entre el amanecer y la puesta de sol, así como de tomar medicamentos orales, mantener relaciones sexuales y fumar.
Ciertos grupos están exentos de ayunar durante el Ramadán, entre ellos algunas personas con enfermedades crónicas como la diabetes. A pesar de estar potencialmente exentos, muchos diabéticos deciden ayunar.
Se calcula que hay más de 150 millones de musulmanes con diabetes en todo el mundo. Por lo tanto, el Ramadán tiene una gran repercusión en la gestión de la diabetes en la población musulmana.
Antes de ayunar durante el Ramadán, las personas con diabetes deben consultar a un profesional sanitario para determinar si es seguro ayunar y elaborar un plan de control de la diabetes.