La diabetes mellitus gestacional (DMG) es una hiperglucemia que se desarrolla durante el embarazo y suele desaparecer tras el parto. La DMG puede afectar a la salud de la madre y el bebé, con posibles consecuencias a largo plazo. Puede provocar complicaciones relacionadas con el embarazo, como hipertensión arterial, bebés de gran peso al nacer y parto obstruido. Sin embargo, los cambios en el estilo de vida y la medicación pueden ayudar a controlar la enfermedad.
Durante el embarazo, la placenta produce hormonas que pueden interferir en la capacidad del organismo para utilizar la insulina con eficacia. Esto se conoce como resistencia a la insulina, una parte normal del embarazo. Sin embargo, en algunas mujeres, la resistencia a la insulina llega a ser demasiado elevada, lo que conduce a la diabetes gestacional.
En 2021, unos 21,1 millones de nacidos vivos, es decir, el 16,7%, presentaron algún tipo de hiperglucemia durante el embarazo. Esta afección es más frecuente en países de ingresos bajos y medios con un acceso limitado a la atención materna.
Las mujeres mayores de 45 años corren un mayor riesgo de hiperglucemia durante el embarazo, mientras que las mujeres con antecedentes de DMG tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre cinco y diez años después del parto.
Los niños expuestos a niveles elevados de azúcar en sangre durante el embarazo también pueden tener un mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad y desarrollar diabetes tipo 2.

Causas y factores de riesgo de la DMG
Aún no se conoce la causa exacta de la diabetes gestacional. Aun así, varios factores de riesgo pueden aumentar las probabilidades de desarrollar DMG. Entre ellos figuran:
- Vivir con sobrepeso u obesidad
- Tener más de 45 años
- Tener antecedentes familiares de diabetes o diabetes gestacional en un embarazo anterior.
- Padecer síndrome de ovario poliquístico (SOP)

Síntomas comunes de la DMG
La diabetes gestacional no suele presentar síntomas. Sin embargo, algunas mujeres pueden experimentar síntomas como:
- Aumento de la sed y la micción
- Fatiga
- Visión borrosa
- Náuseas
- Infecciones frecuentes, como las infecciones por hongos
Gestión de la diabetes mellitus gestacional
La diabetes gestacional puede controlarse con una combinación de cambios en el estilo de vida y medicación. En la mayoría de los casos, las mujeres con diabetes gestacional pueden controlar sus niveles de azúcar en sangre modificando su dieta y haciendo ejercicio con regularidad. Sin embargo, algunas mujeres pueden necesitar insulina u otros medicamentos para controlar sus niveles de azúcar en sangre.
La dieta desempeña un papel crucial en el control de la diabetes gestacional. En general, las mujeres con diabetes gestacional deben seguir una dieta rica en verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables. Además, las comidas más pequeñas y frecuentes a lo largo del día pueden ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre.
El ejercicio regular puede ayudar a controlar la diabetes gestacional reduciendo los niveles de azúcar en sangre y mejorando la sensibilidad a la insulina. Los profesionales sanitarios suelen recomendar un ejercicio de intensidad moderada durante al menos 30 minutos al día, la mayoría de los días. Puede consistir en caminar a paso ligero, nadar o hacer yoga prenatal.
La importancia de la detección precoz
La detección precoz de la diabetes gestacional es crucial para un tratamiento rápido, que puede ayudar a prevenir complicaciones tanto para la madre como para el bebé. Las mujeres con alto riesgo de diabetes gestacional deben someterse a un cribado durante su primera visita prenatal. Otras recomendaciones aconsejan examinar a todas las embarazadas para detectar la diabetes gestacional entre las semanas 24 y 28.
Recursos de la FID sobre diabetes gestacional

Protocolo de aplicación del modelo de atención a la diabetes gestacional de la FID

Tratamiento de la diabetes gestacional en la comunidad
