Las enfermedades cardiovasculares (ECV) afectan al corazón y a los vasos sanguíneos, causando complicaciones potencialmente mortales, como infartos de miocardio e ictus. Las personas con diabetes tienen entre dos y cuatro veces más probabilidades que el resto de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Dado que este riesgo es tan elevado, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la causa más frecuente de muerte en personas con diabetes. Los factores de riesgo, como la hipertensión arterial, el colesterol y la glucosa elevados y la obesidad, aumentan el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
La ECV engloba una serie de enfermedades que afectan al corazón y los vasos sanguíneos, como la cardiopatía coronaria, el infarto de miocardio y el ictus. Reconocer y controlar los factores de riesgo de la diabetes es fundamental para prevenir o retrasar la aparición de ECV.
Conozca los principales signos y síntomas de la ECV:
- Dolor torácico
- Debilidad o entumecimiento de brazos o piernas
- Falta de aliento
- Mareos o aturdimiento
- Latidos irregulares, palpitaciones
- Cansancio extremo o fatiga crónica
- Hinchazón de las piernas o los tobillos
Si experimenta alguno de estos signos y síntomas, consulte a un profesional sanitario para que le evalúe y le oriente.
Riesgos de ECV
Una de las complicaciones más mortales de la ECV en personas con diabetes es el infarto de miocardio. La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos y favorecer la formación de depósitos de grasa en las paredes arteriales, lo que acaba provocando una obstrucción que da lugar a un infarto de miocardio.
Otra complicación cardiovascular a la que pueden enfrentarse las personas con diabetes es un ictus. La diabetes puede contribuir a la formación de coágulos sanguíneos, que pueden bloquear el flujo de sangre al cerebro. Esta obstrucción impide que el oxígeno y los nutrientes lleguen a las células cerebrales, provocando daños o la muerte celular.
El riesgo de ictus puede reducirse vigilando de cerca los niveles de glucosa y presión arterial.
Además del infarto de miocardio y el ictus, los diabéticos corren un mayor riesgo de padecer arteriopatía periférica (arteriopatía periférica). La arteriopatía periférica afecta al flujo sanguíneo de los brazos y los pies y provoca síntomas como dolor, entumecimiento y retraso en la cicatrización de las heridas. Mantener unos niveles óptimos de glucosa y someterse a revisiones médicas periódicas puede ayudar a detectar y tratar la arteriopatía periférica antes de que evolucione a complicaciones más graves, como úlceras en los pies y amputación.
Conocer los factores de riesgo de ECV puede ayudar a las personas con diabetes, a sus cuidadores y a los profesionales sanitarios a aplicar estrategias para prevenir o limitar las complicaciones cardiovasculares.
Gestionar los riesgos
Aunque vivir con diabetes aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares, existen estrategias para reducir este riesgo y mantener una salud cardiaca óptima.
Hábitos de vida saludables
Los hábitos de vida saludables son fundamentales para controlar la diabetes y minimizar el riesgo de ECV. Una dieta equilibrada, centrada en alimentos de bajo índice glucémico y en el control de las porciones, puede ayudar a controlar los niveles de glucosa y prevenir la acumulación de depósitos de grasa que obstruyen las arterias.
Del mismo modo, la actividad física regular ayuda a controlar el peso, mejorar la sensibilidad a la insulina y favorecer la aptitud cardiovascular.
Factores de riesgo conductuales
El tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol son factores de riesgo adicionales de ECV en las personas con diabetes. Ambos comportamientos aumentan el riesgo de ECV y pueden tener efectos perjudiciales para la salud en general. Si usted es fumador, es muy recomendable que trabaje con su profesional sanitario para desarrollar una estrategia que le permita dejar de fumar. Moderar o evitar el consumo de alcohol puede prevenir las fluctuaciones de los niveles de glucosa que pueden provocar complicaciones.
Atender las necesidades de las poblaciones de riesgo
Los estudios han demostrado que las personas de determinados grupos raciales, étnicos y minoritarios que viven en las sociedades occidentales corren un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Esto se ve exacerbado por las disparidades sociales en cuanto al acceso a una educación y una atención sanitaria de calidad, un entorno vital seguro y una alimentación nutritiva. Estas disparidades ponen de relieve la importancia de abordar las diferencias de género y raciales/étnicas para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y la mortalidad entre las personas con diabetes.
Enfoque multisectorial
Reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares relacionadas con la diabetes requiere un enfoque multisectorial. Entre los actores clave se encuentran los profesionales sanitarios, las asociaciones de diabéticos, los grupos de apoyo comunitario y los defensores de la diabetes. Mediante la concienciación, la educación diabetológica y la aplicación de políticas eficaces, podemos capacitar a las personas para que tomen decisiones informadas sobre su salud y reducir el impacto de las ECV relacionadas con la diabetes.
Un enfoque multisectorial puede capacitar a las personas con diabetes y a sus cuidadores para desarrollar estrategias eficaces que limiten las complicaciones cardiovasculares.
Tome el control de su salud cardiaca
Adoptar un estilo de vida sano, controlar los factores de riesgo y someterse a revisiones médicas periódicas puede reducir la probabilidad de desarrollar complicaciones cardiovasculares relacionadas con la diabetes. Si tiene diabetes, conocer la conexión entre la diabetes y las enfermedades cardiovasculares puede ayudarle a tomar el control de su salud cardiaca y retrasar o prevenir las complicaciones.
El poder de los registros
Los registros de diabetes y complicaciones diabéticas pueden mejorar el acceso y la calidad de la asistencia sanitaria y facilitar la investigación epidemiológica. El registro iCaReMe es un estudio observacional internacional que recoge datos reales sobre la diabetes y las complicaciones cardiorrenales. Los profesionales sanitarios pueden acceder a una herramienta basada en la nube para controlar los datos y hacer un seguimiento de sus pacientes. Los datos del registro se utilizan para evaluar la calidad de la atención, informar las políticas y concienciar sobre los riesgos asociados a la ECV y la ERC.