La enfermedad nerviosa, también conocida como neuropatía relacionada con la diabetes, puede afectar aproximadamente a 1 de cada 2 personas diabéticas. Está causada por niveles elevados de glucosa en sangre y presión arterial alta.
La neuropatía afecta principalmente a los nervios y puede afectar gravemente a diversas funciones corporales. El impacto más común y significativo se produce en las extremidades inferiores, sobre todo en los pies. Las personas con diabetes corren un mayor riesgo de sufrir úlceras en los pies y amputaciones de las extremidades inferiores debido a la neuropatía. En todo el mundo, las complicaciones del pie relacionadas con la diabetes son las terceras más frecuentes después de las cardiopatías y las enfermedades renales crónicas.
Las enfermedades nerviosas también pueden afectar al aparato digestivo, provocando complicaciones en la digestión y absorción de nutrientes, y causar disfunciones sexuales tanto en hombres como en mujeres.
Un buen control de la diabetes y revisiones periódicas pueden reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con los nervios.
Conozca los principales signos y síntomas de las enfermedades nerviosas:
- Dolor persistente, entumecimiento u hormigueo en los pies o las manos.
- Debilidad muscular.
- Parestesia, (hormigueo, pinchazos, entumecimiento) de la piel sin causa física evidente.
- Problemas digestivos.
- Problemas de vejiga
Si experimenta alguno de estos signos y síntomas, consulte a un profesional sanitario para que le evalúe y le oriente.
Los signos y síntomas de las enfermedades nerviosas pueden variar en función del tipo de neuropatía y de los nervios afectados. Saber qué hay que buscar es importante para poder intervenir precozmente, lo que puede mejorar significativamente los resultados y evitar complicaciones graves.
Comprender las enfermedades nerviosas
Existen cuatro tipos principales de neuropatía diabética que pueden afectar a las personas con diabetes:
La neuropatía periférica suele afectar a pies y piernas, pero también puede afectar a brazos y manos. La causa principal son los niveles elevados y prolongados de glucosa, que pueden dañar los nervios. Otras causas son factores metabólicos, como niveles anormales de colesterol e hipertensión arterial, y factores neurovasculares, como daños en los vasos sanguíneos que transportan oxígeno y nutrientes a los nervios.
La neuropatía autonómica afecta al sistema nervioso autónomo que controla las funciones involuntarias del cuerpo. Las causas están relacionadas con daños en los nervios que regulan los procesos internos. Estos procesos internos incluyen el ritmo cardíaco, la digestión y el control de la vejiga.
La neuropatía proximal, también conocida como amiotrofia diabética, provoca fuertes dolores en los muslos, las caderas o las nalgas, que a menudo se traducen en debilidad en las piernas. Esta afección puede afectar considerablemente a la movilidad y la calidad de vida. En las personas diabéticas, las causas de la neuropatía proximal están relacionadas con los niveles elevados de glucosa.
La neuropatía focal, o mononeuropatía, causa debilidad o dolor súbitos en nervios concretos, a menudo en la cabeza, el torso o la pierna. Con el tiempo, los altos niveles de glucosa y lípidos, como los triglicéridos, causados por la diabetes pueden dañar los nervios y los pequeños vasos sanguíneos que los nutren, dando lugar a neuropatías focales. Esta afección se produce cuando los nervios quedan comprimidos o atrapados en conductos estrechos entre huesos y tejidos. Cuando la neuropatía focal afecta a nervios atrapados, se denomina atrapamiento. Los diabéticos son más propensos a sufrir atrapamientos que los no diabéticos.
Las personas diabéticas deben revisar periódicamente sus pies en busca de cortes y ampollas, ya que la diabetes puede provocar lesiones nerviosas y mala circulación, sobre todo en los pies.
Gestionar los riesgos
La prevención y el tratamiento de las enfermedades nerviosas requieren un enfoque proactivo. Además de las revisiones periódicas de los pies, la adopción de hábitos de vida saludables puede ayudar a retrasar o prevenir las enfermedades nerviosas. Por ejemplo, mantener una dieta equilibrada y practicar ejercicio físico con regularidad para ayudar a controlar los niveles de glucosa.
En las personas con diabetes, las lesiones leves como cortes y ampollas pueden convertirse en infecciones graves si no se tratan. Por ello, es importante revisar los pies con regularidad para detectar posibles complicaciones a tiempo y reducir el riesgo de úlceras o amputaciones. Además, mantener los pies limpios e hidratados, recortar con cuidado las uñas de los pies y llevar un calzado cómodo y bien ajustado puede ayudar a prevenir las complicaciones de los pies.
Factores de riesgo conductuales
Ciertos factores de riesgo conductuales, como el tabaquismo y el consumo de alcohol, pueden agravar la progresión de la enfermedad nerviosa. Fumar puede dificultar la circulación sanguínea, restringiendo aún más el ya de por sí comprometido flujo sanguíneo a las extremidades, mientras que el consumo excesivo de alcohol y una mala gestión del estrés también pueden empeorar los síntomas. Conocer estos riesgos y realizar los ajustes necesarios en el estilo de vida puede limitar la progresión de la enfermedad nerviosa y mejorar el bienestar físico y mental general.
Enfoque multisectorial
Abordar y reducir el impacto de la enfermedad nerviosa requiere un esfuerzo de colaboración, que implica la experiencia de los profesionales sanitarios, la orientación de los educadores en diabetes y la participación activa de las personas con diabetes y sus cuidadores. Este enfoque multisectorial permite una atención integral que aborda los aspectos médicos, dietéticos y de estilo de vida de la gestión de la enfermedad nerviosa. Cada papel es crucial y, juntos, pueden ayudar a afrontar con eficacia los retos de esta enfermedad.
Tome el control de su salud nerviosa
Al integrar medidas proactivas en su rutina diaria, las personas con diabetes pueden ayudar a proteger su salud nerviosa y reducir el riesgo de complicaciones. Las revisiones periódicas, el cumplimiento de la medicación prescrita y la adopción de hábitos de vida saludables son esenciales para reducir los riesgos y mantener el bienestar físico y mental general.