Mi principal factor impulsor es la pasión, una pasión palpable por ayudar y mejorar la vida de las personas que padecen diabetes de tipo 1. Cuando pienso en mi propio viaje, puedo ver cómo mi pasión se encendió, se alimentó y se intensificó como resultado de mis experiencias personales. Unirse a la red del BCV no es sólo defender la causa, sino también impulsar el cambio, voz a voz. Al convertir los retos en oportunidades, el estigma en comprensión y las barreras en puentes, navegaré hacia un mundo en el que el acceso a la atención médica sea un derecho, la discriminación sea cosa del pasado y el cribado precoz sea una norma, no una excepción.
Al formar parte de la red de voces del Círculo Azul, puedo aprovechar mis experiencias, conocimientos y perspectivas para defender políticas e iniciativas que estén en consonancia con la misión de FID. Me comprometo a abogar por una insulina asequible, suministros esenciales y tecnologías avanzadas para garantizar que nadie se quede atrás en su camino hacia el control de la diabetes. Además, estoy deseoso de contribuir a la lucha contra la discriminación a la que se enfrentan las personas con diabetes, abogando por una mayor concienciación, comprensión e inclusión en todos los aspectos de la sociedad. Además, me apasiona promover la detección y el diagnóstico precoces de la diabetes de tipo 1 para facilitar una intervención oportuna y mejorar los resultados sanitarios.
En resumen, unirme a la red del BCV me permitirá ser una defensora proactiva de la diabetes de tipo 1, en consonancia con la misión de FIDde promover el acceso a la atención sanitaria, luchar contra la discriminación y fomentar la detección precoz. Estoy decidida a aprovechar mi voz y mis experiencias para impulsar un cambio positivo y mejorar la vida de las personas que padecen diabetes de tipo 1 en todo el mundo.